Las casas y pisos amueblados dan mayores garantías de éxito en el mercado del alquiler. Su rendimiento comercial, poder de atracción y rentabilidad a medio y largo plazo son incuestionables. Pese a ello, las viviendas que se arriendan ‘vacías’ suponen el 50,1% del sector en CCAA como Madrid, según datos de Idealista. La razón de que muchos propietarios prefieran alquilarlas en este estado radica en la inversión requerida para equiparlas y amueblarlas desde cero.
Pero ¿cuánto cuesta amueblar un piso para alquilar? Presupuestar la compra del mobiliario, los electrodomésticos y los textiles no es tarea fácil. Cualquier cifra exacta sería aventurada, ya que la marca del producto, la calidad de su fabricación, los materiales constructivos o su condición de nuevo o reacondicionado ensanchan la horquilla de precios.
Amueblar un piso desde cero: ¿cuánto cuesta de media para alquilar?
¿Qué se entiende por vivienda amueblada o semiamueblada? En la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) no se define el concepto, confiándose al buen juicio del propietario, lo que supone una dificultad añadida a la hora de presupuestar la compra de muebles para pisos de alquiler.
Con todo, ¿cuánto cuesta amueblar un piso de 70 m2? Equipar una vivienda pequeña requiere un gasto aproximado de 10.000 euros. Una superficie mayor de 100 metros elevaría esta inversión por encima de los 15.000 euros.
Concretamente, el presupuesto necesario para amueblar una cocina ronda los 3.000 euros, siendo difícil de precisar sin conocer la superficie exacta o la gama de sus electrodomésticos. En el caso del baño, el presupuesto estimado se sitúa entre los 500 y los 1.500 euros. También aquí sería aventurado especificar una cifra exacta.
Respecto a la suma de todos los electrodomésticos de un piso, la horquilla se encuentra entre los 2.000 y los 3.000 euros de media, incluyendo la lavadora, el frigorífico, la placa vitrocerámica, el lavavajillas, el televisor o la campana extractora.
Para los sofás y muebles de salón, es necesario destinar de 1.500 a 2.000 euros, mientras que la cama, armarios, mesas, etcétera, de los dormitorios conllevan un gasto de 1.000 euros, siendo optimistas. Naturalmente, la adquisición de lotes de muebles para piso completo permite economizar esta inversión, pero acarrea desventajas como el desgaste o la falta de uniformidad.
4 beneficios de amueblar un piso para alquilar
Resuelto el interrogante de cuánto cuesta amueblar un piso completo o en parte, merece la pena abordar los beneficios de asumir esta inversión. Así pues, ¿por qué a los propietarios les interesa equipar su vivienda antes de ofertarla en el mercado del alquiler?
Mejora el rendimiento comercial
Los pisos y apartamentos amueblados presentan un mayor atractivo para los clientes potenciales, dado que su disponibilidad inmediata permite disfrutarlos desde el primer día. El material fotográfico y en vídeo de su promoción genera también un mayor impacto, lo que garantiza más visitas y oportunidades de negocio. En definitiva, su rendimiento comercial supera al de las viviendas vacías.
Incrementa el valor del inmueble
La decisión de amueblar un piso para alquilar repercute positivamente en su valor de mercado. En el mundo del flipping house es ampliamente conocido el efecto del mobiliario sobre la rentabilidad de cualquier casa, apartamento, local comercial, etcétera.
Encarece su precio en el mercado
Los pisos que se ofertan «amueblados y listos para entrar a vivir» son un 39,2% más caros, según estudios recientes. Esta subida puede atribuirse a la percepción mejorada que el equipamiento y la decoración suponen para la imagen comercial del piso.
Es compatible con alquileres a corto y largo plazo
Una fuente lucrativa de clientes son los estudiantes y trabajadores desplazados, representantes del alquiler temporal que huyen los pisos sin amueblar. La razón es simple: son personas que necesitan instalarse rápidamente y no disponen de medios logísticos ni económicos para adquirir todo el menaje de una vivienda. Por consiguiente, el público objetivo de un piso amueblado comprende los alquileres a corto y largo plazo.
La contrapartida del amueblamiento de pisos y apartamentos es el deterioro por el uso y los posibles daños que el inquilino pueda ocasionar. En este sentido, la ausencia de un inventario de bienes y objetos es uno de los mayores riesgos al alquilar un piso. Redactarlo es una medida de protección que los arrendadores no deben subestimar.
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