La cuota hipotecaria sobre viviendas se sitúa de media en los 171.612 euros, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Pero esta no es la única obligación financiera que afrontan los propietarios. Antes de firmar un contrato de compraventa, es fundamental informarse sobre cuáles son los gastos fijos de una casa.
Mientras que los gastos variables comprenden la telefonía/internet y los suministros básicos del hogar, los fijos incluyen impuestos como el IBI o la tasa de residuos, el seguro de hogar o las aportaciones económicas a la comunidad de vecinos, entre otros.
Para los arrendadores, la suma de estos gastos se contrarresta con el aporte puntual de las mensualidades. Cuando los inquilinos se retrasan en el pago de una o más cuotas, la garantía de impago para propietarios cubre este y otros costes hasta que la parte arrendataria normalice su situación financiera.
La hipoteca, el IBI y otros gastos fijos de una casa en 2025
Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI)
En la tabla de gastos de una casa, el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) es un tributo anual de carácter objetivo que grava el valor catastral de la propiedad. Girona, Lleida y Tarragona son las capitales provinciales donde más IBI se paga (por encima del 0,9%) mientras que en Santander, Zaragoza, Toledo y Teruel se sitúa por debajo del 0,45%, de acuerdo con el Ministerio de Hacienda.
Introducido en 1990, este impuesto recae sobre el titular del inmueble, y en determinados casos puede optarse a bonificaciones (familia numerosa, edificación con sistemas de aprovechamiento de la energía solar, etcétera). Solo las propiedades destinadas a actividades públicas o pertenecientes a la Iglesia Católica quedan exentas del IBI.
Tasa de residuos o basuras
Otro impuesto que engrosa los gastos fijos de una vivienda es la tasa de residuos, también llamada canon de basuras o tasa por recogida de basuras. Este tributo municipal cubre el coste de la recogida, limpieza y procesamiento de desechos urbanos.
Como el IBI, su cálculo se realiza a partir del valor catastral de la propiedad y de una variable (número de residentes, calidad del reciclaje, etcétera) que depende del municipio. Por esta razón, los titulares de inmuebles en Madrid pagan una tasa de residuos diferente a los de Málaga, Pontevedra o Bilbao. Al respecto, una representación en mapa difundida por El Economista reveló que los valencianos afrontan el canon más alto (287,56 euros), según los datos aportados por la Asociación Nacional de Inspectores de la Hacienda Pública Local (ANIHPL).
Gastos hipotecarios
Con diferencia, los gastos asociados a la hipoteca son la principal carga financiera que deben afrontar los propietarios. Después de abonar una serie de costes puntuales (comisión de apertura, tasación y notaría, básicamente), el titular de la vivienda soporta una cuota mensual que concentra tanto la devolución del préstamo hipotecario como los intereses generados por esta.
La cuantía de este gasto fijo en un piso varía en función del tipo de interés, el precio de la vivienda, los plazos de amortización o los tributos dispuestos por la CC.AA. en cuestión. Las regiones con un mayor desequilibrio entre oferta y demanda o donde la vivienda se ha encarecido, muestran un importe medio de las hipotecas más elevado.
Derramas y gastos comunitarios
En los gastos de comunidad de vecinos, constan el pago de servicios como la limpieza general o los suministros de agua, calefacción y luz de las zonas comunes. Se ajusta a lo estipulado en la Ley 49/1960 y su reparto se establece «con arreglo a la cuota de participación fijada en el título».
Por su carácter eventual, las derramas no forman parte de la lista de gastos fijos de una casa, en sentido estricto. Sin embargo, esta cuota puntual, que los miembros de una comunidad deben aportar para sufragar una reparación, el mantenimiento del ascensor o la instalación de nuevos suministros, puede menudear en el tiempo y convertirse en un gasto más o menos predecible.
Seguro de hogar
El seguro de hogar representa un gasto significativo para los inmuebles en propiedad. Por lo general, esta póliza cubre los daños tanto a la infraestructura de la edificación como a los bienes personales alojados en ella, además de las reparaciones de emergencia y otros servicios. En las viviendas hipotecadas, es obligatoria la contratación de dicho seguro, no así en el resto.

